Un golpe en la barra
acompaña a la puerta.
Un vaso de vodka
despide al reloj de arena.
Aire entre rizos,
tacones lastimeros,
una curva inolvidable
por el brillo del diamante.
Su sombra se desvanece
con la luz de sus pendientes
mientras mi copa se rompe
entre uñas y alquitrán.
Perlas de rojo teñidas
desgarran las cuchillas
de mis manos.
Resentimiento,
impaciencia,
un suspiro.
Quizá nunca pueda perderme
en el brillo de sus ojos.
Quizá nunca pueda leer
los gestos de su tela.
Mis dedos acariciarán
la cintura de mi copa,
nunca la suya.
Mis labios imaginarán
el sabor a regaliz.
Un golpe en la barra
acompaña a la puerta.
Un vaso de vodka
despide al reloj de arena.
Aire entre rizos,
tacones lastimeros,
una curva inolvidable
por el brillo del diamante.
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