Entonces, a lo lejos,
en el aire a lo lejos,
entre temblores y llantos caídos
se oyó a un ángel gritar.
¡Campanas! ¡Campanas!
El eco de los muros,
ovejas en las calles;
el pan mal dado, el Señor caducado
hizo a un niño pensar.
¡Campanas! ¡Campanas!
Aplausos en la puerta,
falsas sonrisas;
el arroz mal caído en la seda vestido
hizo a la novia callar.
¡Campanas! ¡Campanas!
Ignorancia del asfalto,
piedras al aire;
blasfemias al amor de su patria y soledad
hicieron al monje llorar.
¡Campanas! ¡Campanas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario